viernes, 25 de julio de 2008

Más de lo mismo, pero mal hecho

Hancock
La presencia de un superhéroe entre las películas más taquilleras del verano comienza a ser un hecho habitual, que en ocasiones, termina por cansar. Por ello, al hablar de Hancock es necesario emplear los términos original y atípico, ya que la nueva incursión de Will Smith en el cine de consumo rápido supone una ruptura con la visión clásica del superhéroe moderno. Pero la incapacidad del equipo creativo por otorgar cierta calidad al producto, hace de este, un globo mal hinchado que a medida que avanza el metraje evoluciona en el habitual ejemplo de mediocridad cinematográfica. Y es que a pesar de partir de una excelente idea, el afán por crear otra película comercial más hace que la profundización en el interior de los personajes desaparezca de la pantalla a favor de lamentables imitaciones de la pirotecnia típica de Michael Bay, y de los gags cómicos comunes en cualquier producto televisivo de la decadente factoría Disney.
En definitiva, un nuevo vehículo para el lucimiento de Will Smith, pero muy por debajo de las posibilidades a las que nos tiene acostumbrado el ya Rey de Bel-Air.

miércoles, 23 de julio de 2008

drogas, violencia, humor negro, brujas y algún que otro enano


Escondidos en Brujas


El autor teatral Martin McDonegh debuta en la dirección con Escondidos en Brujas, una perfecta contradicción de los parámetros del cine típicamente comercial, mediante el cual este realizador británico profundiza acerca de la complejidad del remordimiento humano. Para ello se sustenta sobre algunos de los pilares del universo de Tarantino (violencia, humor negro, diálogos que no conducen a nada, etc…), pero que al contrario que el director de Reservoir Dogs, McDonegh relega el peso de la trama sobre el mundo interior de los personajes en lugar de en una atractiva estructura narrativa, provocado que la película resulte difícil de digerir por lo que parte de la audiencia verá en este brillante debut un brillante somnífero. Aun así, la otra parte de los espectadores disfrutarán con esta pieza de cine de calidad, en la que confluyen de forma paradigmática situaciones de lo más disparatadas con profundas reflexiones del arrepentimiento humano, ya que a fin de cuentas esta película no es más que eso, una meditación acerca de cómo aquellas acciones de las que no nos sentimos orgullosos pueden penetrar y taladrar nuestra mente hasta llevarnos a puntos insospechados. Pero quizá, lo que haga de esta película una magnífica propuesta sea la visión que el realizador imprime en el contexto de los asesinos a sueldo, dibujando a estos individuos como personas que guardan una enrevesada naturaleza interior que les mueve, y cuyo trabajo, al fin y al cabo, no es más que un mundo surrealista que el cine ha convertido en real.