miércoles, 8 de julio de 2009

Michael Bay al cuadrado


Transformers 2


Artificiosas historias, vacuos personajes, inconsecuentes diálogos, epiléptico montaje, desmadrado uso de la pirotecnia y cierto tufillo patriótico son los rasgos que detallan la personalidad artística de uno de los vástagos predilectos de la industria del videoclip, Michael Bay (La Roca, Armageddon). Director que sirviéndose de los reprochables valores de la generación MTV ha sabido redefinir los moldeables estatutos del género de acción cimentando así un particular estilo, que si bien contradice los clásicos cánones que rigen la calidad cinematográfica, se muestra eficaz a la hora de entramar épicos espectáculos de adrenalítico entretenimiento capaces de entusiasmar unilateralmente a los habituales amantes del blockbuster veraniego.
Unos valores que en su nueva película, Transformers 2, son hiperbolizados hasta alcanzar insospechados extremos, tanto en lo absurdo de la narración como en la espectacularidad de la acción, corriendo el riesgo de que el público caiga en una anabólica saturación que no permita el disfrute de lo que es una notable montaña rusa de entretenimiento fílmico que hará que en comparación toda película anterior del director parezca, como solía decir Will Smith en Dos policías rebeldes, tan lenta como un paseo con Miss Daisy.

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