jueves, 28 de febrero de 2008

Una escena de OSCAR


El pasado 24 de Febrero se dio a conocer los premios de la academia de cine estadounidense, es decir, de los Oscar. Los grandes vencedores de dicha entrega fueron la extraña pareja formada por los hermanos Coen, cuya película obtuvo nada menos que 4 Oscars, mejor película, dirección, guión adaptado y mejor actor secundario, galardón que fue a parar a Javier Bardem. De esta forma, la pasada gala de los Oscars no fue solo una gran noche para los Coen, sino también, para el cine español; por primera vez un actor español obtenía el máximo reconocimiento de la academia cinematográfica norteamericana en forma de Oscar.
A pesar de ello, la edición 80 de los Oscar fue en gran medida decepcionante, no solo por la baja audiencia que tuvo, la más baja en los últimos 30 años, sino también por la falta de dinamismo en su desarrollo. Muchos se han apresurado a buscar el origen de este problema en la huelga de guionistas que ha empañado Hollywood en los últimos meses, hipótesis que desde la última butaca apoyamos. Y es que hasta escasas semanas para la ceremonia, con la huelga aun en desarrollo, era una incógnita si los Oscars padecerían la misma enfermedad que los Globos de Oro, la cancelación. Finalmente, tras largas negociaciones, se pudo fin a la huelga, la maquinaria cinematográfica se ponía de nuevo en marcha, y por lo tanto, podríamos disfrutar de una nueva entrega de la ceremonia de los Oscars. La rapidez con la que se llevaron a cabo los preparativos de la gran noche no benefició en nada al producto final. Sin tiempo, los guionistas prepararon una gala sin la chispa que tanto le caracteriza, en donde abundaron los chistes sin gancho, a pesar de que se sucedieron algunos dignos de aplauso, sino que se lo pregunten a Dennis Hopper. Siguiendo con esta línea decepcionante, los videos que adornan la gala, estuvieron más cerca de la cutrez a la que nos tienen acostumbrados los Goya, que al poderoso mundo de Hollywood. Pero el gran fallo de esta entrega sucedió en ese momento en el que la academia rinde un homenaje aquellos artistas que nos han dejado, olvidando se de actores que durante décadas habían deslumbrado en el mundo del celuloide, como Roy Scheider (protagonista de Tiburón y French Connection) Brad Renfro (El Cliente, Sleepers) y nuestro querido Fernando Fernán Gómez.
Todos los premios y más detalles sobre la ceremonia en el blog http://lososcar2008.blogspot.com/.

viernes, 22 de febrero de 2008

Escena 17: Plano 2: Regreso de AKIRA


Desde Ain’t It Cool se ha dado a conocer la noticia del año para todos aquellos fanáticos del manga. Y es que, si desde hace ya un par de años se rumoreaba sobre la posibilidad de adaptar a imagen real el cómic AKIRA, según esta página, el proyecto ya está en un estado muy avanzado, de cara a un posible estreno en 2009. La película estará producida por Warner Bros, y supondrá el debut en la dirección de Ruari Robson, nominado al Oscar al mejor corto de animación en 2001 por Fifty Percent Gray. La película tendrá como principal atracción a la megaestrella Leonardo DiCaprio en el papel protagonista y estará secundado por Joseph Gordon Levitt, visto recientemente en la imprescindible Brick.
La historia está ambientada tras la Tercer Guerra Mundial en Neo Tokio, donde un grupo de motoristas callejeros se ven envueltos en una operación militar que involucra a niños con poderes psíquicos especiales, que en su día estuvieron liderados por AKIRA, el más poderoso de todos ellos y que podría volver a despertar muy pronto.

martes, 19 de febrero de 2008

Ahora o nunca


La premisa de que dos hombres bien distintos coincidan en sus últimas horas apetece.
Si le añadimos el carisma genial de quienes se visten de estos moribundos, la cosa mejora, y si la oportuna fortuna de uno de los dos permite sazonar la mezcla con impresionantes paisajes a lo largo del mundo, el resultado final es grandioso. Que no creíble.
Los americanos saben hacer cine. Lo llevan en la sangre. No se puede discutir. Saben que fibras tocar para hacerte reír o para hacerte llorar, saben quién es el hombre indicado para desconfiar, odiar, o empalizar a la primera de cambio, y esto hace que la película sea un autentico mural técnica, visual e interpretativamente, en el que querer perderse. Esto hace que esta sea una auténtica película para entretenerse, de las que son cada vez más difíciles de encontrar. Y tal vez ese sea su mayor fallo.
Que nadie se engañe, la película habla de cómo enfrentarse a la vida con todas sus consecuencias, pero desde una perspectiva lejana, que precisamente invita a lo contrario, a sentarse en la butaca y desconectar, por que todo es bonito, por que lo que cuenta no termina de arañar, por que los actores no mueren en realidad y aquí se nota demasiado, y por que la película, a pesar de sus numerosas virtudes, desborda sensibilidad innecesaria por los cuatro costados.

Eduardo sustituye las tijeras por la cuchilla


Tim Burton regresa con Sweeny Todd al cine que más le gusta, tras su ¿decepcionante? Charlie y la Fábrica de Chocolate, y para ello exprime toda su capacidad artística, a la vez que entra en un terreno desconocido para él, el género musical. Muchos pueden criticar le a este excéntrico director de que su estilo no ha evolucionado desde que debutase en el mundo del cortometraje hace más de 25 años, pero lo que es innegable, es que ha sabido colorear todos los géneros con este estilo, desde el biopic, con Ed Wood, hasta los cuentos de Navidad, Eduardo Manostijeras, pasando por las adaptaciones de cómic o la ciencia ficción, y siempre con unos resultados exquisitos, como es la película que nos ocupa. Y es que a pesar de que no se trata de su mejor obra, como muchos han intentado describir, nos encontramos frente una película que gustará tanto a los amantes del musical, como aquellos que lo detestan, y entusiasmará a los fans del director. Pero a pesar de haber disfrutado a lo largo de las 2 horas, una vez concluidos los créditos finales, el espectador acabará con cierto sabor agrio.
La película cuenta con un reparto coral que roza la brillantez, en el que destaca un soberbio Johnny Deep, serio candidato al Oscar si no fuese por Daniel Day Lewis, además de un diseño artístico, fotografía y maquillaje que provocan que cada fotograma sea digno de ser expuesto en ARCO. Pero toda esta genialidad cinematográfica, es el envoltorio de un guión que no está a la altura, con una historia mil veces vista, y que aborrece, simplemente es un cuento de un barbero asesino. Aun así, es una de esas películas para las que vale la pena pagar la entrada.

viernes, 15 de febrero de 2008

Esta escena va de rumores


El pasado mes de enero comenzó el rodaje de la nueva película de James Bond, como informamos en la última butaca. Esta nueva entrega será una continuación directa de Casino Royale, es más, se rumorea que comenzará un par de minutos después de donde lo dejó esta.
Estos último días ha aparecido en internet un rumor sobre el proyecto que está generando cierta controversia, es más, mucho lo tachan de imposible, y es que el gran Al PACINO podría intervenir en la nueva entrega de la saga del superagente secreto en un papel aun sin especificar, pero lo más probable es que sea como líder de la organización criminal a la que el personaje interpretado de Daniel Craig se enfrentaba en Casino Royale, y en esta nueva película. La cinta se titulará Quantum of Solace.

Seguimos con la escena anterior

Ya está el trailer de la película más esperada de los últimos 20 años en buena calidad. http://movies.yahoo.com/feature/indianajones.html;_ylt=AsY7qv8MSH6wl3g1GC6bw55fVXcA

jueves, 14 de febrero de 2008

YA ESTÁ AQUÍ


YA ESTÁ EL TRAILER DE INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVER DE CRISTAL cortesía de http://www.aintitcool.com/node/35616. Y si alguien tenía alguna duda sobre esta película, se disolveran. INDY HA VUELTO.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Crítica de 30 días de oscuridad


En los últimos destellos de la guerra fría, el género de ciencia ficción de serie B alcanzó su cima, con películas que con el paso del tiempo se convertirían en joyas de culto. Un género que vio desde esta cima su extinción, siendo sustituido por un cine donde lo digital remplazaba a lo real. 30 días de oscuridad supone un regreso aquello, a ese cine donde el entretenimiento estaba por encima de lo coherente. Pero aun así, este retorno se queda a medio gas.
Con una historia digna del mejor Carpenter, nos cuenta la historia de un tranquilo pueblo de Alaska, que cada invierno se sumerge en la noche a lo largo de todo un mes, 30 días sin la luz del día. Esta situación es aprovechada por un grupo de vampiros para saciar su apetito.
El director, David Slade y el productor, Sam Raimi, adaptan una, aparentemente simple, novela gráfica, arriesgando se de forma innecesaria, y es que sustituyen la esencia visual del cómic, en favor de un estilo más vulgar, pero a su vez, efectivo. Pero el problema de la película no recae en este campo, sino más bien, en el guión, donde la presentación de los vampiros no está a la altura de lo esperado, los personajes no resultan atractivos y a pesar de su excelente final, termina cayendo en lo tópicos. Aun así, el diseño de producción, y sobre todo, la caracterización de los vampiros, merecen un aplauso. En definitiva, para todos aquellos nostálgicos que los filmes de acción-ciencia ficción del siglo XXI no les llena el tremendo vacío dejado por películas como Depresador, Aliens, o la Cosa.

martes, 12 de febrero de 2008

No country for old men


Cuando pensábamos que la inmensa genialidad de los hermanos Coen había sido totalmente devorada por la mediocridad de Crueldad Intolerable y Los Ladykillers, nos ofrecen una de esas cosas que reafirman que cuando hablamos de cine, podemos hablar también de arte. Esta pareja de cineastas regresan al planeta del que partieron, el desierto de la ya mítica Sangre Fácil, contexto de aridez y tristeza en donde nos narran como unos individuos reaccionan frente a un botín de dos millones de dólares. Partiendo de esta base tantas veces vista, nos ofrecen un estilo narrativo lento, que nos aproxima a los sentimientos de los personajes y comprendemos el por qué de sus acciones. Personajes que solo dicen lo necesario, y lo necesario son diálogos que rozan la genialidad, suficiente como para cubrir el vacío de una banda sonora. Pero la grandeza de los directores de Fargo es envolver esto con una bella fotografía, un fluido montaje, y una dirección de actores digna de aplauso. Una brillantez, que se oculta tras la sombra de una de esas actuaciones que elevan el estatus de una película al de clásico, sí, hablo de Javier Bardem y su Anton Chigurh.

jueves, 7 de febrero de 2008

Para los que no puedan esperar hasta el 22 de Mayo


Desde que comenzase la producción de la nueva película de Indiana Jones, Lucas y Spielberg han intentado mantener el máximo secretismo respecto al proyecto, frente a la cada vez más expectación levantada. Pero en la era de Internet, guardar algún secreto se ha convertido en una misión imposible, únicamente apto para algunos privilegiados como J.J Abrams y su Cloverfield. Y es que a pocos meses del estreno de la película, y con rumores sobre un posible tráiler para el día 15, el secreto mejor guardado de la película se ha dado a conocer. Las calaveras de cristal que tiene que encontrar Indy antes que los soviéticos son como está…. SPOILER

martes, 5 de febrero de 2008

RAMBO vuelve a sentir las piernas


Como si de un brujo se tratase, Stallone ha conseguido resucitar los cadáveres de sus dos personajes más icónicos, y darles el funeral que siempre merecieron y nunca tuvieron. Y es que si hace un año, Rocky supuso su resurgir, John Rambo marca definitivamente el comienzo de una segunda juventud para este director, productor, guionista y actor que parecía condenado a las estanterías del videoclub junto a los Van Damme, Seagal o Chuck Norris.
Con esta nueva película, Sylvester Stallone recupera a uno de los personajes que le permitió alcanzar la condición de ídolo mediático haya en los ochenta, el del ex marine John Rambo. En esta ocasión, el actor en su faceta de guionista y director, abandona la propaganda antisoviética, tan presente en las anteriores entregas, en favor de una mayor indagación en la personalidad del personaje, un ex-soldado, traumatizado por la guerra del Vietnam, que vive en la jungla huyendo de sus demonios, es decir, la violencia que recorre su cuerpo. Pero el secuestro de un grupo de voluntarios en territorio birmano, le obligará a volver a entrar en combate.
Nos encontramos frente a un guión digno de películas de serie z, directa para el videoclub, pero que se esconde tras una gran factura técnica, una magnífica fotografía, y una espectacularidad más cercana al cine gore que a la pirotecnia a la que nos han acostumbrado Michael Bay y compañía. Un digno final, para un personaje que tenía que haber muerto en 1982, con la primera entrega.

sábado, 2 de febrero de 2008

¿Debería volver Indiana Jones?


Bien entrados en el nuevo siglo, es ahora cuando los estudios de Hollywood miran a antaño en busca de ideas para solucionar una grave crisis de creatividad que está sacudiendo la industria cinematográfica. Ante esta situación, los remakes y secuelas de aquellas películas con las que crecimos se han convertido en la única solución para frenar el problema. Muchos hemos deseado ver de vuelta aquellos héroes que nos ponen los pelos de punta, pero sabemos que no tienen cabida en este mundo cinematográfico donde incluso una lágrima es artificial. Y sino que se lo pregunten a John Mclane, cuya última película dinamitó la saga sobre las que se cimientan las películas de acción modernas. Aun así, muchos han visto en esta resurrección la ocasión de enterrar de forma digna aquellos personajes que les convirtieron en leyenda, véase Stallone y su Rocky Balboa o John Rambo. Y es en esta masacre de los iconos ochenteros, cuando el personaje que nunca debería ser tocado, volverá a la pantalla. Sí, hablo del profesor de historia que todos hemos querido tener, Henry Jones Jr, para los amigos y enemigos Indiana Jones. Al contrario que las mencionadas sagas, las películas sobre el intrépido arqueólogo siempre han demostrado una calidad magistral, superando la anterior entrega, o manteniendo el nivel, sin altibajos, con secundarios de lujo, y terroríficos villanos.

Desde que en 1989 se estrenase la última entrega, numerosos han sido los rumores sobre el regreso de Indy a la gran pantalla, pero sin verificarse nada. Con el paso de los años, mucho seguidores vieron que una nueva secuela era imposible, y otros muchos comenzaron a pensar que también sería un error, sobre todo porque Harrison Ford cada vez se parecía menos al protagonista de En busca del arca pérdida. Tras el fracaso cualitativo de la segunda trilogía de Star Wars, George Lucas dejo ser visto como un ser divino, pasando a ser la encarnación del mal. Definitivamente un regreso era una mala idea. Fue entonces cuando salto la noticia de que Spielberg quería hacer una nueva entrega. En poco tiempo se puso en marcha campañas de apoyo al retorno, mientras que muchos otros, entre ellos un servidor, se oponían a que Indiana fuese interpretado por un hombre de casi 70 años. Mis peores temores crecieron cuando Sean Connery rechazó volver a encarnar al Henry Jones sr, y no había signos de vida de Sallah. En aquel instante pensé que a pesar de ya nadie se acordaba de Harrison Ford, y que Lucas se había convertido en sinónimo de destrucción del celuloide, Spielberg seguía siendo el mejor director de los últimos 25 años, y nunca dejaría morir de forma poco honrada a cualquier personaje de su factoría. Al cabo de los meses, salieron las primeras imágenes de la película, y para mi satisfacción no había rastro de Harrison Ford, únicamente veíamos a Indiana Jones, un par de años más viejo, pero seguía siendo Indy. Quizá ya no pueda subirse a un camión o tanque en marcha, pelearse con 20 hombres sobre un puente o correr delante de una bola, pero hará otras cosas que serán dignas de aplauso, y que con la música de John Williams, volveremos a sentirnos como niños cuando conocimos por primera vez al Doctor Jones.

Escena 16: Hay un Cloverfield suelto en la ciudad


A noche, la última butaca pudo asistir a uno de los estrenos cinematográficos más esperados del 2008. Gracias a una perfecta campaña de publicidad viral, que seguramente será estudiada e imitada en los años venideros, nació una expectación sin igual hacia esta película en los numerosos rincones de internet, en los que se reúnen los millones de fans del séptimo arte. Pero en este contexto de veneración friki, la película es inefectiva, no llega a las expectativas creadas. ¿Por qué?
La premisa del film de JJ Abrams y de Matt Reeves resulta interesante; asistimos desde el punto de vista de un reducido grupo de personas, que captan todo con su cámara de video, a como una especie de monstruo arrasa Nueva York, llevando se dé por medio todo lo que encuentra. La película es espectacular, con secuencias que dejaran al espectador anclado en el sillón sin poderse mover, y unos efectos especiales a la altura de cualquier superproducción de Hollywood. Pero el creador de Perdidos y su compañero, Matt Re, nos presentan unos personajes muy poco definidos, que no resultan creíbles, y en esta agrupación también hablo de la cámara. Y es que gracias a la técnica de grabar la película entera con planos subjetivos de la cámara, visto ya en El proyecto de la Bruja de Blair, esta se convierte en un personaje más. Personaje que no resulta creíble. Si en la terrorífica Rec, se criticaba la imposición de los medios de anteponer la información a la vida de las personas, y por lo tanto, se comprendía que la cámara grabarse todo los acontecimientos brutales a los que asistía, sin cerrar nunca el objetivo, en Cloverfield este hecho no se consigue entender. Por ello resulta ridículo que el operador grabe acontecimientos que le pueden costar la vida, y situaciones personales relacionadas con sus compañeros de aventura. Por lo tanto, al contrario que en la ya mencionada película de Jaume Balagueró y Paco Plaza, el empleo de esta técnica resulta prescindible, y seguramente se habría logrado mucho más utilizando la cámara como se hace habitualmente en el celuloide, como un narrador omnisciente.
Aun así, Cloverfield no es más que una película palomitera, que únicamente pretende entretener al público a lo largo de poco más de una hora. Objetivo, que Matt Reeves y JJ Abrams consiguen cumplir sin llegar a las expectativas con creadas.