sábado, 2 de febrero de 2008

Escena 16: Hay un Cloverfield suelto en la ciudad


A noche, la última butaca pudo asistir a uno de los estrenos cinematográficos más esperados del 2008. Gracias a una perfecta campaña de publicidad viral, que seguramente será estudiada e imitada en los años venideros, nació una expectación sin igual hacia esta película en los numerosos rincones de internet, en los que se reúnen los millones de fans del séptimo arte. Pero en este contexto de veneración friki, la película es inefectiva, no llega a las expectativas creadas. ¿Por qué?
La premisa del film de JJ Abrams y de Matt Reeves resulta interesante; asistimos desde el punto de vista de un reducido grupo de personas, que captan todo con su cámara de video, a como una especie de monstruo arrasa Nueva York, llevando se dé por medio todo lo que encuentra. La película es espectacular, con secuencias que dejaran al espectador anclado en el sillón sin poderse mover, y unos efectos especiales a la altura de cualquier superproducción de Hollywood. Pero el creador de Perdidos y su compañero, Matt Re, nos presentan unos personajes muy poco definidos, que no resultan creíbles, y en esta agrupación también hablo de la cámara. Y es que gracias a la técnica de grabar la película entera con planos subjetivos de la cámara, visto ya en El proyecto de la Bruja de Blair, esta se convierte en un personaje más. Personaje que no resulta creíble. Si en la terrorífica Rec, se criticaba la imposición de los medios de anteponer la información a la vida de las personas, y por lo tanto, se comprendía que la cámara grabarse todo los acontecimientos brutales a los que asistía, sin cerrar nunca el objetivo, en Cloverfield este hecho no se consigue entender. Por ello resulta ridículo que el operador grabe acontecimientos que le pueden costar la vida, y situaciones personales relacionadas con sus compañeros de aventura. Por lo tanto, al contrario que en la ya mencionada película de Jaume Balagueró y Paco Plaza, el empleo de esta técnica resulta prescindible, y seguramente se habría logrado mucho más utilizando la cámara como se hace habitualmente en el celuloide, como un narrador omnisciente.
Aun así, Cloverfield no es más que una película palomitera, que únicamente pretende entretener al público a lo largo de poco más de una hora. Objetivo, que Matt Reeves y JJ Abrams consiguen cumplir sin llegar a las expectativas con creadas.

No hay comentarios: