No se la pierdan

Trophic Thunder

Cuando todo parecía indicar que la comedia estadounidense había sucumbido antes los encantos de la adolescencia tardía del cine de Apatow y a los clichés más ordinarios del Saturday Night Live, Ben Stiller reformula las herramientas cómicas del Frat Pack con una película en la que la aplicación del adjetivo perfecto supondría una exageración, pero el término redondo se muestra como una justa descripción. Un retrato del infierno padecido por Francis Ford Coppola durante el rodaje de Apocalipsis Now sirve de base para una excelente premisa argumental, tras la que se esconde un desternillante espectáculo cómico con el que ridiculizar al star system hollywoodiense, desde el clásico héroe de acción en decadencia al habitual actor asiduo a los galardones más prestigiosos. Un universo regido por la codicia cuyo único desenlace posible es la pérdida de identidad.
Desde su primer minuto de metraje, vemos en Tropic Thunder una hilarante bestia cómica instituida sobre la ruptura de lo políticamente correcto, cuyo asequible, y ante todo, divertido humor hacen de ella un sobresaliente pasatiempo. Su magistral dominio del juego de la referencia cinematográfica la convierte en algo más que un simple espectáculo y su feroz enfoque del modo de vida hollywoodiense la bautiza como una de esas obras para la posteridad, que el paso del tiempo seguramente la corone como uno de esas películas equiparable a los grandes clásicos del género.

No se la pierdan.