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El Incidente

El director Ridley Scott dijo en una ocasión que lo peor que le puede ocurrir a un cineasta es adelantarse a su tiempo. Tal vez este sea el extraño fenómeno que acusan las últimas películas de M. Night Shyamalan. Y es que en sus recientes trabajos, a pesar de contar con magníficas tramas y de disponer de una excelente realización, no han encontrado su hueco ni entre el público ni en la crítica. Muchos se han atrevido a aventurar que la magia de este director se está diluyendo poco a poco, hasta alcanzar un punto en el que ya no será visible. En cambio otros, aseguran que tenemos frente a nosotros al Spielberg oscuro, capaz de zambullirse en todos los géneros, ofreciendo siempre películas que rompen con los tópicos. Su última rareza, El Incidente, supone una perfecta síntesis de esta dualidad, y por ello recomiendo aquellas personas que quieran ver esta película que hagan caso omiso a críticos y espectadores, ya que el talento de este realizador indio sabe distinto para cada espectador.
Desde mi punto de vista, El Incidente supone una recopilación perfecta de los elementos que han recorrido las anteriores películas de Shyamalan, aunque al contrario que estas, dichos componentes no terminan de explotar. Se parte de una base magnífica, pero, la mala estructuración del guión y unas pésimas interpretaciones, harán que el espectador pierda interés. A un así, el director vuelve a demostrar que es un genio con la cámara, ofreciendo secuencias de gran maestría, pero insuficientes para ocultar las deficiencias del guión.
¿Conclusión? Vayan a ver La Niebla y Un crimen americano.