lunes, 25 de agosto de 2008

Hay una momia suelta en China

LA MOMIA 3
Momias orientales, Yetis, y sobretodo, un maléfico Jet Li, son los ingredientes sobre los cuales se erige la tercera entrega de La Momia. Película que comete el tradicional error de toda secuela sin pretensiones, fotocopiar la primera parte de la saga, y si esta a su vez es una reconocida imitación de otra afamada serie de películas (Indiana Jones), el error es entonces doble.
Esta nueva aventura del matrimonio O´Connell (Brendan Fraser y Maria Bello en sustitución de la añorada Rachel Weisz) se sustenta sobre un escueto guión cuya máxima finalidad es la de envolver una hora y media de metraje con continuas secuencias de acción, en las que se intercalan sin orden aparente, explosiones, disparos e innecesarios muñecos virtuales. Los personajes ejercen de peones con los que recubrir los momentos muertos entre cada ráfaga de disparos, y sus torpezas, la excusa sobre la que fundamentar los uniformes momentos cómicos. Junto a esta serie de infortunios, sobresale una triste dirección por parte de Rob Cohen (XXX, The Fast and the Fuirous), cuya deficiencia artística convierte al mediocre Stephen Sommers, director de las anteriores entregas, en un prodigio de la técnica cinematográfica.
Pero a pesar de ello, sería de cínicos no decir que si el espectador decide dejarse olvidado el cerebro en casa, La Momia 3 le resultará un agradable pasatiempo para una calurosa tarde de verano.

viernes, 15 de agosto de 2008

Esto si que es Batman


El Caballero Oscuro


La mala fortuna que ha acompañado al mundo del cómic en sus innumerables adaptaciones al celuloide, ha incitado a que la crítica diera la espalda a este género tan irregular. Pero desde la sombra, Christopher Nolan construye un monstruo cinematográfico cuya calidad induce a que muchos la equiparen con los grandes clásicos del cine. Quizás estas comparaciones sean recargadas, pero describir El Caballero Oscuro como una joya del cine moderno sería la definición más justa. En su segunda exploración acerca del universo de Batman, Nolan rompe con las ataduras a la que nos tiene acostumbrado el género de superhéroes, sustituyendo la habitual estructura narrativa de aventuras por una acertada indagación en la mente de oscuros personajes y su inextricable relación con la psicosis criminal, derivando en un excelente drama épico ambientado en una asfixiante escenario (Gotham City). Las tradicionales secuencias de acción pasan a un segundo término gracias un bien engrasado guión y a un deslumbrante plantel de actores, en el que Heath Ledger con su terrorífico Joker se corona como el gran jugador de este singular tablero de ajedrez, donde la locura y el horror son la única estrategia para vencer.
Pero El Caballero Oscuro es mucho más que un fiel retrato del mundo de Bob Kane, es un complejo tratado acerca de la frágil barrera que separa la legalidad moral de la ilegalidad, y como incluso los hombres más buenos pueden verse obligados a rebasarla convirtiéndose en aquello contra lo que luchan.
Aun así, El Caballero Oscuro se aleja en gran medida de la perfección, cometiendo un grave error: Elevar tan alto el listón de las adaptaciones de comics que difícilmente veamos de nuevo algo de tanta calidad.

martes, 12 de agosto de 2008

Planet Terror: Una puta genialidad


Rebasar la fina línea del homenaje para sucumbir en la fotocopia de un género olvidado es uno de esos riesgos cinematográficos que únicamente puede desembocar en genialidades de culto o bazofias con pretensiones. Robert Rodríguez aplica este extraño fenómeno en su nueva locura, una excitante orgía de divertimento en la que la sangre, las vísceras, los zombies, la violencia sin sentido, las chicas espectaculares, los personajes tópicos, el humor estúpido, y sobretodo, la cutrez, se terminan imponiendo sobre la a veces innecesaria coherencia cinematográfica, irritando así a los más puritanos pero deleitando de forma desmedida a los más devotos de la serie B. Y es que el director de Sin City se basta de una hora y media de diversión para plasmar hasta la última consecuencia la añorada esencia del cine de bajo presupuesto que el mundo digital se ha encargado de enterrar, y pero que el videoclub no ha dejado de venerar. La ausencia de calidad y originalidad se convierten en manos de Rodríguez en los perfectos utensilios para fabricar una irreprochable bestia de innovación y brillantez cuya única aspiración es la de entretener sin pudor alguno.

Wall-e


No se si es un poco exagerado decir que el cine de animación es el mejor cine que hoy por hoy paren nuestras carteleras, pero lo que no es exagerar, de ningún modo, es decir que si una compañía hace buenas la mitad de las películas que hace, es una gran compañía. Por esa regla de tres, una compañía que de ocho films que nos había dado, nos había dado ocho obras maestras, es una compañía prodigiosa. Una compañía que es sinónimo de calidad y de la que se esperaba mucho.

Con wall-e, Pixar revalida su título de reina de la animación, y lo hace a lo grande.
Wall-e es un film que aúna tragedia y comedia, odisea, sentidos homenajes al genero de la ciencia ficción y a anteriores películas de disney (la escena del extintor me conmovió de la misma manera que años atrás lo hicieran Aladín y Jasmine surcando las nubes, aunque eso fuera hace más de doce años), crítica a la sociedad, y más, mucho más, todo ello envolviendo una gigante historia de amor mudo.

Lo que por desgracia no es wall-e, es una película rompedora. No subvierte ningún canon fílmico. Podría, pero se queda a medio gas; hablando en plata, la parte inicial en la Tierra, contemplativa y minimalista, es engullida por la acción convencional el resto del metraje (como ya pasara con Los Increíbles). El director se da por vencido a la hora de cambiar las reglas del cine de animación; pero ojo, esta derrota en cuanto a innovación no le resta un ápice en cuanto a calidad.

En fin, habrá quien le saque fallos a este monumento a la narración, y seguro que habrá quien critique la simplicidad de personajes que no hablan más que con sus ojos, pero personalmente, yo prefiero dejarme de rodeos y regodearme en el sabor de boca que deja el film, el mejor sabor de boca que una película puede dejar. Bon appétit.

jueves, 7 de agosto de 2008

Mala película, pero un buen episodio de una gran serie


Expediente X-2

Era solo cuestión de tiempo que en la era dorada de las series de televisión los afamados Mulder y Scully retomarán las investigaciones de los ya célebres Expedientes X. Tras 6 años de espera, los personajes creados por Chris Carte dan de nuevo el salto a la gran pantalla con una irregular película, cuyo único propósito es la de servir de envoltorio para un episodio de larga duración.
Mientras que el espectador medio padecerá con X-Files: Creer es la clave, todo seguidor de la serie, que se vio defraudado con la primera entrega, disfrutará con un producto que sin estar a la altura de las mejores aventuras de estos investigadores de los paranormal, recupera a la perfección el espíritu televisivo que mitifico a estos peculiares agentes del FBI.
Carter mantiene la eficaz estructura narrativa de la serie, convirtiendo esta decisión en su perdición, ya que resulta insuficiente para mantener la tensión a lo largo de todo el metraje, ofreciendo un irregular desarrollo que en ocasiones desemboca en placidos momentos de aburrimiento. En definitiva, una mala película, pero un buen episodio de una mejor serie de televisión